viernes, 18 de septiembre de 2009

INVITACIÓN

EN LA SEMANA DE LA ETNOEDUCACIÓN, LA UTP REALIZARÁ SEMINARIO SOBRE INTERCULTURALIDAD, TERRITORIO Y GÉNERO


La Universidad Tecnológica de Pereira, a través de las Facultad de Ciencias de la Educación y la Escuela de Ciencias Sociales, con el apoyo de la Fundación Universitaria del Área Andina y la Corporación Déjalo Ser, realizará el Seminario “Interculturalidad, Territorio y Género”, programado para los días 24 y 25 de septiembre próximos.

Según Maicol Mauricio Ruiz, Director de la Escuela de Ciencias Sociales de la UTP, “este evento tiene como objeto, generar un espacio de reflexión y discusión en torno al pluralismo y a la interculturalidad, entendiendo ésta como el encuentro rápido y constante de grupos humanos de diferente cultura, como el encuentro de la diversidad para construir juntos <> territorialidades”.

Esta actividad se realiza en el marco de la Semana de la Etnoeducación y como introducción al Diplomado en Estudios Interculturales “Interculturalidad y Desarrollo desde una perspectiva de género”, que cuenta con la participación de la reconocida antropóloga e investigadora Anne Marie Losonczy, de la Escuela de Altos Estudios de París y de la Universidad Libre de Bruselas.

El seminario “Interculturalidad, Territorio y Género”, se estará desarrollando de 2:00 a 6:00 p.m. en el Auditorio de Mecánica de la UTP y el acceso es totalmente libre.

PROGRAMACIÓN:

JUEVES 24 DE SEPTIEMBRE:

1:00 – 2:00 P.M. Inscripciones
2:00 – 3:45 P.M. Religión y cultura en las políticas étnicas y en los estudios antropológicos en Colombia.
4:00 – 4:45 P.M. Interculturalidad y Territorio. Pascuala Sánchez. Asociación de Mujeres AFroRisaraldenses KAYNA.
4:45 – 5:45 P.M. La interculturalidad, un puente de encuentro entre etnias. Luz Amparo Hinestroza. Asociación de Mujeres AfroRisaraldenses KAYNA.

VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE:

2:00 – 3:45 P.M. Conferencia: Los procesos de construcción de la memoria colectiva en situaciones de interculturalidad. Anne Marie Losonczy.
4:00 – 4:45 P.M. Cosmogonía Wayuu. Contexto de una masacre. Carmen Barrios.

Info: Alba Lucy Romero. Tel 313 72 35 E-mail: lucy@utp.edu.co


Gracias por su atención y difusión.

martes, 31 de marzo de 2009

La música de la Costa Caribe como un paradigma de modernidad y globalización: el caso de la música de fusión del pacífico colombiano

Por: Ana María Arango
Antropóloga de la Universidad de los Andes

El Fruto de Curupira

Durante el siglo XX la costa Caribe colombiana fue una región de contrastes. Sus territorios fueron al mismo tiempo sinónimo de tradición y de modernidad -de riqueza y de pobreza, de analfabetismo y de ilustración-, y las manifestaciones musicales que se gestaron durante dicho periodo así lo demuestran. El siglo XX fue testigo del nacimiento de variados repertorios que estuvieron a la vanguardia de la producción musical del país y a la vez se cobijaron bajo un velo de tradición, magia y exotismo
[i].

Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el Caribe colombiano fue la puerta de entrada más importante a nuevos estilos musicales y nuevos instrumentos que cambiarían el repertorio del legado colonial. Ciudades como Cartagena, Lorica, Santa Marta, Mompox y Barranquilla fueron el epicentro de un movimiento musical caracterizado por nuevas propuesta estilísticas. La zarzuela, la polka, la mazurka, la danza, la rumba y el fox-trot fueron sólo algunos de los géneros que se importaron al territorio nacional tras el intercambio cultural que promovían las migraciones europeas y el comercio de extracción
[ii].

Como plantea Albrecht Schneider, es a partir del siglo XIX cuando la música comienza a estar muy vinculada a los espacios lúdicos de la sociedad capitalista. Por otra parte, a partir de este periodo, la música folklórica y tradicional es tomada y transformada para recrear a la gente y asume un carácter popular
[iii]. El universo del entretenimiento y la música grabada adquirieron gran importancia en las ciudades emergentes de todo el mundo; y serían las músicas tradicionales las que en gran medida le ofrecerían a dicho universo el repertorio estratégico para el fortalecimiento de la industria discográfica y de radiodifusión.

La música de la costa Caribe participó en este nuevo movimiento cultural caracterizado por la popularización de estilos folklóricos por medio de la industria discográfica emergente y la radiodifusión. La década de los 30 se encargaría de legitimar estilos tropicales con orquestas como A#1 y las “Emisoras Fuentes” contrarrestando los ideales nacionalistas que promovían una identidad musical basada en el pasillo y el bambuco.

La costa Caribe fue la abanderada de la industria fonográfica en el país con Discos Fuentes, empresa que ofrecía un repertorio basado en la música tropical bailable. Dicho repertorio se impuso a través de la radio no solamente en la costa Caribe sino también en Bogotá y otras ciudades en la década de los años 40
[iv].

Para Peter Wade la razón que explica la inmensa popularidad de la música de la costa Caribe colombiana es su ambigüedad; es decir, su filiación al mismo tiempo con imágenes modernas y tradicionales
[v]. De esta manera, podemos pensar que es esta dualidad la que permite que exista una identificación simultánea de varios sectores de la sociedad. Por otra parte, Siguiendo el planteamiento de Schneider vemos que cuando se habla de música comercial y popular, no puede trazarse una dicotomía entre modernidad y tradición[vi]; la popularización por medios tecnológicos, necesita de los repertorios tradicionales. Así, la connotación moderna o la connotación tradicional surge dependiendo del contexto y de los intereses del discurso que se plantea sobre la música, y como sabemos, muchas veces dicho discurso es ajeno al hecho sonoro en sí mismo. En este sentido, ¿es entonces la música de la costa Caribe, sus ritmos, organología, letras, etc. un paradigma de “modernidad” en el discurso que describe y legitima el panorama de la “música colombiana”?

Cuando hablamos de la música del Caribe colombiano varias imágenes vienen a nuestra mente. Podemos pensar en diversos formatos musicales como el grupo de gaitas, el grupo de caña de millo, las bandas, la música de acordeón o los sextetos que interpretaban música cubana y se popularizaron entre los años 20 y 40. En la presente ponencia cuando hablamos de la música del Caribe colombiano hacemos referencia a tres tipos de formatos: la banda para música bailable con el formato de orquesta cubana que se popularizó con artistas como Lucho Bermúdez y Pacho Galán, el conjunto de vallenato, y las orquestas de las últimas décadas que interpretan estilos caribeños y africanos como el reggae, el soukous, la soka, el juju y los demás estilos que desembocaron en la champeta colombiana.

Cuando estudiamos la música del Caribe colombiano es imposible desconocer sus relaciones con un Caribe global: Cuba, Curazao, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Jamaica, San Andrés y Providencia y, todas las conexiones que allí se generan con el resto del mundo. Estas conexiones son las que le dan un carácter cosmopolita a nuestros puertos del Caribe y enriquecen las imágenes de magia, exotismo y modernidad sobre la región. Teniendo en cuenta estos matices discursivos que existen sobre el repertorio musical caribeño colombiano trataremos de comprender ¿hasta qué punto dicho repertorio es un paradigma, una imagen fuerte de popularidad y globalización? Y ¿de qué manera ha influenciado los parámetros musicales de los llamados grupos de fusión del sur del litoral Pacífico colombiano?

II. Música del Pacífico: ¿Primitiva, auténtica y natural?

El litoral Pacífico colombiano es concebido en el espectro de las imágenes regionales como una zona lejana, virgen, mágica, selvática y primitiva. Su música no es ajena a estas imágenes; tanto la chirimía del Chocó como la música de marimba del sur de la costa pacífica, son vistos a la luz de estas imágenes exóticas y etnocentristas.

El litoral Pacífico, al igual que todos los territorios colombianos, se encuentra inscrito dentro de una serie de imágenes concretas respecto a su comida, sus comportamientos sexuales, su capacidad para el trabajo, su música, etc. Como señala Peter Wade, en el imaginario nacional existen una serie de relaciones entre los territorios regionales y la música; una especie de “geografía musical”
[vii] .Así, las coordenadas que desde el interior se han construido ante la geografía física y humana del Pacífico, intervienen contundentemente en las imágenes ligadas al repertorio musical de la misma. Por este motivo el Pacífico es hasta cierto punto un buen escenario para comprender las incursiones de elementos concretos incorporados a un discurso de modernidad. Desde este punto de vista, tomando la música de la Costa Caribe como un paradigma de absorción de nuevos estilos, cosmopolitismo y “modernidad”, y la música de marimba como un terreno que se concibe aparentemente virgen, puro, primitivo y natural, ¿cómo la música caribeña colombiana y la música caribeña en general intervienen en las lógicas de popularización en los nuevos grupos de fusión del sur del Pacífico?

Durante el siglo XX la música de marimba en su formato original
[viii] fue ajena a los procesos de popularización y comercialización. Por este motivo -aunque desde finales de los noventa los instrumentos del conjunto de marimba han sido acogidos por algunos movimientos de músicos jóvenes que se autodefinen como grupos de fusión-, ante muchos, siguen siendo instrumentos invisibles, vírgenes o simplemente exóticos.

El mapa de representación de las regiones colombianas percibe en ocasiones a la costa Caribe como un símbolo de modernidad
[ix]. Como vimos anteriormente, esto se debe a su carácter cosmopolita y, desde el punto de vista musical, al papel de pionera en la vanguardia de un sinnúmero de estilos musicales. Sin embrago, el Puerto de Buenaventura en la costa Pacífica, que hacia los años 70 desplazó económicamente a Barranquilla y Cartagena[x], también se convirtió a finales del siglo XX en una fuente receptora de nuevos estilos caribeños y estadounidenses[xi].

Pero ¿por qué con el auge de Buenaventura no existió una apertura significativa hacia la música tradicional del Pacífico por parte de los sectores del interior de país, como sí ocurrió con la música del Caribe?
La ciudad de Cali fue la beneficiaria directa de las exportaciones e importaciones en el Litoral; y como lo plantea Lise Waxer en su estudio sobre la salsa en Cali
[xii], los caleños acogieron la música antillana y especialmente la salsa neoyorquina como una forma de mantener un nexo con el resto del mundo[xiii]. Para los vallecaucanos y con ellos, para la gente del litoral Pacífico -incluyendo no solamente Buenaventura sino también los territorios, pueblos y ciudades pertenecientes a los departamentos del Cauca y Nariño-, la música antillana[xiv] se convirtió rápidamente en un bien simbólico fundamental dentro de la configuración de una identidad regional[xv].

En el panorama de la música tradicional y popular colombiana, la música de marimba se mantuvo relegada a contextos campesinos y tradicionales, y a espectáculos de tipo folklórico. Hacia los años 60 el conjunto de Buenaventura, Peregoyo y su combo se encargó de popularizar bajo el formato de orquesta cubana
[xvi] géneros del litoral como el currulao y el porrro chocoano[xvii]. Con ellos, la canción “mi Buenaventura” fue inmortalizada y se convirtió en pieza clave dentro de las orquestas populares que tenían como repertorio clásico las canciones de Jose Barros, Lucho Bermúdez y Pacho Galán entre otros.

Los patrones musicales del Caribe colombiano y la música antillana en general, incluso en el trabajo de Peregoyo y su combo y Tito Cortés, marcaron las lógicas de proyección de la música del sur del litoral Pacífico y sus nuevas composiciones. Por otra parte, la inmersión de música del Chocó dentro de este trabajo y, como veremos también más adelante, en los noventa, ha sido una estrategia fundamental dentro de la popularización de un repertorio que se proyecta como la música del Pacífico en general. Así, es importante tomar en cuenta los fuertes nexos rítmicos y melódicos que existen entre los estilos musicales de la costa Caribe y el Chocó.

III. La música del caribe en la tradición del sur de la costa Pacífica

Los parámetros estéticos inherentes a una industria musical, son decisivos cuando se busca la expansión de ésta en un contexto cultural y geográfico diferente. Para Egberto Bermúdez, el eclecticismo es un criterio fundamental en el uso de recursos estéticos e instrumentales dentro de aquello que comienza a ser definido como música popular. Por lo tanto la adaptación, transformación y síntesis se convierten en conceptos creativos fundamentales dentro de esta industrialización de la música
[xviii]. El grupo Bahía, pionero en la fusión de la música de marimba, bajo una posición bastante práctica y ecléctica acoge elementos musicales, simbólicos y contextuales de la música del caribe colombiano y la música antillana en general, para popularizar sus nuevas propuestas.

Los elementos musicales característicos de la música caribeña son un paradigma muy fuerte dentro de la formación de los músicos en Cali y en el Pacífico en general desde los años veinte y treinta. No es descabellado afirmar que muchos de los músicos de esta región se formaron -antes o al mismo tiempo- con la música de la Sonora Matancera y de Joe Arrollo, que con las canciones rituales y tradicionales de sus pueblos. Así, es posible ver que si la música autóctona del litoral, con los arreglos de este grupo, está dejando atrás muchas de sus propiedades instrumentales y vocales, el esquema de la música antillana y del caribe colombiano, es tal vez el patrón musical más fuerte que en nuestro caso, matiza los elementos de cambio y de “fusión”
[xix].

Mi trabajo de campo durante seis meses con el grupo Bahía me permitió encontrar fuertes nexos entre la música caribeña y la emergente música comercial del Pacífico
[xx]. Tomando la región del Caribe en su contexto global, entendiendo los nexos que existen entre el caribe colombiano y las antillas en general, encontramos varios puntos de unión: 1) En géneros como el andarele y el son guapireño existe una predisposición hacia la salsa. En este sentido, el director musical del grupo habla de que es necesario “luchar” contra la salsa, la cual está influenciando demasiado la interpretación de los ritmos tradicionales y “arrasa con su sentido musical”. 2) Encontramos movilización de las voces entre un “estilo popular” y un “estilo tradicional”. De esta manera, algunas canciones necesitan de una cantante y no de una cantadora, debido a las exigencias de afinación y timbre de ciertas canciones que buscan ante todo proyectarse bajo los patrones estilísticos de la música comercial. 3) En la función de los instrumentos de Bahía encontramos desplazamientos de tipo rítmico y melódico. De esta manera, la marimba es desplazada por el piano o la guitarra y algunas funciones rítmicas que cumplen el bombo y los cununos, son desempeñadas por el bajo o instrumentos de viento como el trombón y los saxos. Esta característica aunque no es propia ni específica de la música caribeña, si es una condición generalizada dentro del espectro de músicas afrodecendientes que se desarrollan o se desarrollaron en contextos de colonización y por lo tanto es un punto de unión entre la música del pacífico y la música del caribe colombiano. 4) Los saludos o códigos sociales internos dentro de las canciones, también son un punto de encuentro entre los nuevos grupos del Pacífico y los conjuntos musicales del caribe colombiano. 5) Finalmente, la métrica es también un factor fundamental en el que ciertos patrones estilísticos del Caribe van a definir el grado de asimilación de las canciones. Para los músicos que no vienen del sur del Pacífico y que no han interiorizado el metro ternario (6/8), resulta complicado asimilarlo y no perderse de alguna manera en los estilos que le están siendo insertados a la canción, como salsa, jazz, rap o vallenato. Por el contrario, cuando se trata de música chocoana, el metro binario (2/4) hace que exista un mayor entendimiento del ritmo por parte de aquellos que se encuentran inmersos en la música y la cultura popular e internacional. Por este motivo, la música del Chocó va a ser la preferida en los trabajos discográficos de grupos como Bahía que buscan proyectarse fuertemente en la industria discográfica y de entretenimiento.

Dentro del contexto social de los grupos tradicionales de marimba, no existe la noción de público como se entiende en la puesta en escena de la música occidental y en este caso, de la música popular caribeña. En este sentido, no hay una necesidad de mostrarse, no hay noción de escenario. Las cantadoras cantan mirando al marimbero y de esta manera le dan la espalda a los espectadores, que por lo general no son considerados espectadores con la connotación occidental. En la proyección pública de Bahía todo gesto está anteriormente previsto y programado. Vemos además el reflejo de una herencia caribeña en la teatralización del repertorio por parte de los intérpretes. En concierto, la fuerza de la escenificación está concentrada en los cantantes. Ellos con sus gestos y baile, acaparan la atención del público representando las canciones e intercambiando pasos de baile llamativos, los cuales pueden ser típicos del litoral, o coreografías más sencillas para la gente, como salsa, merengue, champeta, rock y rap.

Los instrumentos por su parte también mantienen un papel muy importante dentro del espacio escénico. Como mencionamos, los patrones del concierto al estilo salsero, son muy fuertes en el grupo; por lo tanto, en el escenario siguen por lo general las pautas de comportamiento de sus grandes ídolos: Joe Arroyo, Willie Colon, Ruben Blades, Los Van Van de Cuba, etc. Por otra parte, hay un reconocimiento al talento individual, es decir, se muestra al intérprete dándole espacio para que improvise e interprete su “solo”.

Vemos en estos ejemplos musicales y contextuales cómo existen patrones determinados de la música bailable costeña y caribeña en general, que se convierten en claras herramientas en la búsqueda de reconocimiento y popularización en los grupos emergentes del Pacífico y especialmente en Bahía.

CONCLUSIONES

El diálogo entre la música de las dos costas que he querido ilustrar en esta ponencia y la presencia de la música caribeña como un fuerte paradigma dentro de la música popular del sur del litoral Pacífico y del Chocó, no es un fenómeno que se restringe al panorama musical del siglo XX; en la colonia existen claros ejemplos de los fuertes nexos entre las culturas musícales de las dos costas. Sin embargo, en el siglo XX la música tradicional de marimba se desarrolló solamente en los escenarios tradicionales y folklóricos. Ahora, tras las corrientes musicales que se han categorizado bajo el nombre de world music, la música de marimba es reconocida y acogida por músicos académicos o músicos provenientes del jazz o del rock
[xxi]. Dicha invisibilidad en el panorama de la música bailable y popular colombiana, promueve su exploración a partir de las arraigadas lógicas de la música caribeña, en su función social y su universo simbólico y musical.

La comprensión de los condicionamientos de la industria discográfica y de entretenimiento a partir de los estilos musicales emergentes en el sur del Pacífico, nos lleva a la posibilidad de ver la reinvención de tradiciones simbólicas ante las exigencias y los parámetros que se imponen desde ésta. En este sentido, el Caribe se convierte en un fuerte paradigma para la música popular bailable colombiana y dicha condición sólo puede ser comprendida a la luz de fenómenos transnacionales, si comprendemos que lo que actualmente identificamos como música caribeña colombiana se encuentra totalmente perneado por los escenarios, los sonidos y los símbolos de un Caribe abstracto y global. Por otra parte, es fundamental reconocer que los legados de este Caribe “global, abstracto e imaginado” se remontan evidentemente a la época de la colonización y, aun hoy en día, siguen revolucionando nuestras culturas musicales desde la Guajira hasta el Amazonas.

La música caribeña y la música del Pacífico no son entonces dos estilos que se excluyan; tal vez con la inserción de los medios de comunicación en las provincias del litoral, la salsa, el vallenato y la champeta han invadido fuertemente los espacios de interacción social que antes pertenecían al conjunto de marimba. Sin embargo, vemos que estas nuevas orquestas no ven en su música de fusión un mecanismo de rechazo contra la música popular; por el contrario, la ven como una oportunidad para un punto de encuentro con los saberes de la música tradicional. Y la explicación a esto es que ellos mismos se encontraban -y todavía se encuentran- sumergidos en las lógicas de la “música bailable y comercial”. En este sentido, siguiendo los parámetros ya conocidos del mercado y los medios, el encuentro con la tradición es una forma de recuperar una herencia musical, convirtiéndola en un proyecto viable y competitivo en el panorama de la música contemporánea
[xxii].

Es necesario comprender las nuevas culturas musicales, en medio de las cambiantes relaciones entre el sonido, los significados y los contextos o funciones sociales asociados a ellas. Los sonidos que identifican la tradición musical de una sociedad pueden cambiar lentamente y asociarse a nuevos discursos y prácticas sociales
[xxiii] o, podemos también encontrar por ejemplo, discursos ligados a la música que muy poco tienen que ver con el fenómeno sonoro en sí mismo[xxiv]. En el caso de la música del Litoral Pacífico es necesario por lo tanto llevar a cabo un ejercicio etnográfico que tenga en cuenta un análisis de identidades emergentes en una época de globalización. De esta manera es fundamental tener miradas y percepciones auditivas alternas en donde el punto de partida ya no sea el discurso histórico ni las alianzas territoriales; como lo plantea Arjun Appadurai, es necesario tratar de acceder a los vínculos imaginarios de los actores sociales[xxv]. Desde esta perspectiva, la influencia de las imágenes mediáticas y del mercado discográfico, son fundamentales para entender sus procesos de creación musical y sus prácticas sociales.

Notas

[i] Peter Wade plantea que la historia de la costa Caribe colombiana se encuentra inmersa en dos campos ideológicos; uno conformado por todo aquello que evoca tradición y otro, conformado por una serie de elementos que evocan modernidad. La ambigüedad entre estos campos ideológicos está relacionada además con otros estigmas que se le asignan a la Costa como ser blanca y negra a la vez; y por otra parte, ser la tierra del relismo-mágico: territorio en donde se encuentran a la vez lo emocional y ficticio, y lo racional y científico (Wade, 2000: 58).

[ii] El periodo de 1880 a 1930 fue, según Egberto Bermúdez, un importante periodo en el proceso de transición de las tradiciones campesinas coloniales a las tradiciones musicales europeas, y de reconocimiento y legitimación de los llamados “bailes de país” (1996:113). Así, durante el tiempo señalado por Bermúdez, la región Caribe se caracterizó por un marcado proceso de urbanización en el que se comenzaron a sentir contundentemente las rupturas entre el campo y la ciudad. El nuevo repertorio urbano de la costa Caribe colombiana contó en las últimas décadas del siglo XIX con instrumentos como clarinetes, trombones, bombardinos, saxofones, dulzainas, acordeones y armonios; así, dicho repertorio sería el gestor de géneros musicales tan reconocidos actualmente como el porro, el merecumbé, el son, el paseo y el merengue.

[iii] Albrecht Schneider expone además la forma en que dicha preferencia por la música tradicional fue desde los inicios de la industria fonográfica, y sigue siendo hoy en día, un problema en la medida en que promueve la explotación de los compositores folklóricos y tradicionales. De esta manera esta música es considerada un bien común y no hay reconocimiento real para los creadores de dicho repertorio (Schneider, 1991: 302).

[iv] “La creación de Discos Fuentes da inicio a la industria fonográfica nacional basada en el repertorio de la música tropical bailable que se empieza a imponer a través de la radio no sólo en la región sino también en Bogotá y otras ciudades en la década de los años 40. Así como había ocurrido en Cuba y en comunidades hispanohablantes de algunas ciudades de los Estados Unido, se convierte en el paradigma de la música “latina” y en la década siguiente trasciende sus fronteras regionales y se convierte en la música de entretenimiento y de bailes de las clases medias y altas del país especialmente en los clubes sociales de las grandes ciudades del país” (Bermúdez, 2001: 19, 2000: 115)

[v] Ver nota 1.

[vi] Ver nota 3

[vii] Según Peter Wade, las políticas culturales de una nación tienen referencias espaciales necesarias: toda nación tiene un territorio y, en el caso de Colombia una gran variedad de identidades étnicas, culturales y raciales que son captadas a través de una política espacial de relaciones sociales”, esto es, “la manera como la gente piensa temas como identidad y música está ligada a la manera como conciben los espacios” (Wade, 2002: 3). ver (Wade, 1997: 318).

[viii] Cuando hablamos del formato tradicional del conjunto de marimba nos referimos al conjunto de dos tambores cónicos de origen africano llamados cununos, dos tambores cilíndricos de origen europeo llamados bombos, uno o varios sonajeros cilíndricos llamados guasás y un marimba de origen africano con teclas de chonta y resonadores de bambú interpretada por un tipliero en sus notas más agudas y un bordonero en sus notas más graves; el conjunto de marimba acompaña el cantoresponsorial ejecutados por un cantante principal (glosador o glosadora) y varias voces que alternan con éste y reciben el nombre de respondedoras.

[ix] Durante y siglo XIX y gran parte del XX, los puertos de Cartagena, Santa Marta y Barranquilla tuvieron una importante actividad económica. Hacia finales del siglo XIX Barranquilla se convirtió en el puerto más importante y experimentó importantes desarrollos tecnológicos y económicos que la haría ser para muchos la puerta de entrada de la modernidad. Como avances importante tenemos la construcción del ferrocarril Sabanilla en 1871, la entrada de deportes como el fútbol, el fortalecimiento de la industria textil y cervecera, la institucionalización de la primera empresa urbanizadora y la primera estación de radio llamada la Voz de Barranquilla, entre otros (Wade, 2002: 55).

[x] Wade, 2002: 56.

[xi] La rumba, la salsa, el mambo y el rap, son algunos de los géneros que procedían del Caribe y de Estados Unidos y entrando por Buenaventura se convirtieron rápidamente en íconos culturales de la región.

[xii] Ver Lesi Waxer, 2000.

[xiii] Cali es una ciudad con altos índices de producción y consumo musical, esto se debe a que como lo plantea Lesi Waxer, desde los 30´s y 40´s, la música grabada se convirtió en un bien simbólico esencial en la cultura caleña. La escena de baile en los clubes y griles nocturnos es todavía un símbolo que identifica a los caleños. Y aunque la música predilecta siempre ha sido la salsa, la música del Pacífico está entrando cada vez más fuerte en estos lugares, llegando incluso a los puntos más cerrados en su repertorio de clásicos de la salsa (Waxer, 2000: 3).

[xiv] Con música antillana hacemos referencia al mambo, la rumba, el son, el merengue, el guanguancó, el bembé, la guaracha y la salsa entre otros.

[xv] Ver Alejandro Ulloa, 1992: 15

[xvi] Estas orquestas cubanas estaban compuestas principalmente por saxofones, clarinetes, trompetas, bombardinos, piano, batería e instrumentos de percusión como congas, maracas y bongoes.

[xvii] En el repertorio de Peregoyo y su combo la música antillana cumplió un papel fundamental, al igual que la música del Chocó.

[xviii] Ver Egberto Bermúdez, 1985: 32.

[xix] Arjun Appadurai plantea la necesidad de establecer en el ejercicio etnográfico, una investigación densa en la cual se ponga de manifiesto dentro de las actitudes y comportamientos del grupo social en estudio, patrones que se derivan de una cultura globalizada en donde los elementos que identifican hacen parte de un mundo desterritorializado. Dentro de los músicos del Pacífico encontramos que existe un fuerte arraigo a la música popular proveniente de Cuba y que desde hace más de cuatro décadas, esta apropiación musical se ha manifestado en las expresiones musicales de la región. (Appadurai, 1991: 19).

[xx] Trabajo de campo para monografía de grado, Ana María Arango, 2002.

[xxi] Actualmente vemos en los escenarios culturales de Bogotá, jóvenes músicos que vienen de la esfera de jazz o del rock y que ahora se encuentran interesados en la música colombiana y específicamente la música de la costa Caribe y la costa Pacífica colombiana, para generar nuevas propuestas musicales a partir de mezclas estilísticas. Algunos de estos grupos son la Mojarra Eléctrica, Curupira y Asdrúbal.

[xxii] ver Nettl, 1980: 13

[xxiii] Nettl, 1980: 13.

[xxiv] Bermúdez, 1992: 66.

[xxv] Appadurai, 1991: 9.

Bibliografía

APPADURAI, Arjun
1991. “Global Ethnoescapes: Notes and Queries for a Transnacional Anthropology” .. Recapturing Anthropology: Working in the present. G. R. Fox (comp.) Santa Fe: School of American Research Press.

BERMÚDEZ, Egberto
1985. “Algunos aspectos de la música popular contemporánea”. Aspectos de la cultura del siglo XX. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Artes. Instituto de Investigaciones Estéticas

1996. “La música campesina y popular en Colombia: 1880-1930”. Bogotá: Gaceta, Colcultura,, No. 32/33, abril, 1996, pp113-120.
2000. Historia de la música en Santafé y Bogotá 1538- 1938. Bogotá: Fvndación de Mvsica.
2001. “El patrimonio musical del Caribe Colombiano: Una visión histórica”. Texto inédito presentado en la Cátedra de Historia del Museo Nacional, agosto 2001.

SCHNEIDER, Albrecht.
1991. “Traditional music, pop and the problem of copyright protection”. Music in the dialogue of cultures: Traditional music and cultural policy. Baumann (Ed). Berlín: International Institute for comparative music studies and documentation, pp. 302- 316.

ULLOA, Alejandro.
1992. La salsa en Cali. Cali: Universidad del Valle.

WADE. Peter
1997. Gente negra. Nación mestiza: dinámicas de las identidades raciales en Colombia. Bogotá: Universidad de Antioquia, ICAN, Siglo del Hombre editores, Uniandes.

2002. Música Raza y Nación. Música tropical en Colombia. Vicepresidencia de la República de Colombia, Departamento Nacional de Planeación, Programa Plan Caribe. Traducción: Adolfo Gonzalez Henríquez. Bogotá, Colombia.

WAXER, Lesi.
2000. “Hay una discusión en el barrio: el fenómeno de las viejotecas en Cali, Colombia”. Bogotá: III Congreso de Música Popular Latinoamericana, agosto del 200, pp. 1- 11.

lunes, 2 de febrero de 2009

TEXTOS PARA COMPARTIR

HISTORIA DEL CHOCÓ

PRIMEROS POBLADORES DEL CHOCÓ

Hace aproximadamente 2.300 años, existía ya en el Urabá chocoano, conocido con el nombre de Darién, un complejo cultural, conformado por cazadores y pescadores sedentarios que culminó en una fase agrícola. A la llegada de los europeos a América, poblaban el territorio chocoano agrupaciones indígenas conocidas como los Kunas, Chocoes, Noanamaes (Kunas, Emberas y Waunanas):
-Emberas:Viven aun a lo largo de los ríos Atrato y San Juan.

-Waunanas:Viven aun a lo largo de los ríos Atrato y San Juan. Estos dos grupos a pesar de vivir en el territorio del Chocó, tienen diferentes díalectos.

-Katíos: Habitan entre Chocó y Antioquia.

-Kunas: Aún viven entre Chocó y la República de Panamá. Pertenecen al grupo Chibcha.

-Calimas:Existieron entre el Chocó y el departamento del Valle del Cauca.

Estos grupos indígenas fuéron conquistados y sometidos a trabajos de minas y de toda índole por los españoles a partir del año 1500, hoy en día, los grupos existentes de Emberas y Waunanas se han unido para defender sus derechos y han formado la organizacíon denominada OREWA (Organizacíon Regiónal Embera-Waunana).

EPOCA HISPANICA EN EL CHOCÓ

El primer conquistador español en llegar a tierras del Chocó fué Rodrigo de Bastidas, en el año de 1500, al arribar al golfo de Urabá, despues de recorrer la Costa Atlantica desde Riohacha.
En segundo lugar encontramos a Cristobal Colón, quien en su cuarto viaje, en 1502, llego hasta tierras de Acandí, en la margen izquierda del Golfo de Urabá.

PRIMERAS GOBERNACIONES

En el año 1508 el rey de España crea las dos primeras gobernaciones en tierra firme:

-Nueva Andalucía:Desde el Cabo de la Vela en la Guajira, hasta la margen derecha del Golfo de Urabá, y nombra como gobernador a Alonso de Ojeda.

-Castilla de Oro:Desde la margen izquierda del Golfo de Urabá hasta el Cabo Gracias a Dios en Centroameríca; nombra como gobernador a Diego de Nicuesa.

Nueva Andalucía y Castilla de Oro fuéron las primeras gobernaciones fundadas en nuestro país, y Alonso de Ojeda y Diego de Nicusa los primeros gobernadores.

PRIMERA POBLACIÓN EN TIERRA FIRME

Fué San Sebastián de Urabá, el cual fué fundado por Alonso de Ojeda, el 20 de enero de 1510, en la margen derecha del Golfo de Urabá, y quemada por los indios que habitaban la región.



EPOCA DE LA COLONIA Y LA INDEPENDENCIA EN EL CHOCÓ

La historia del Chocó esta ligada a la minería del oro y del platino. La abundante presencia de los esclavos en la Costa Pacifica y especialmente en la región del Chocó, obedece a la riqueza en recursos naturales preciosos, especificamente el oro, recurso indispensable para las economias monetarias de esos periodos de la historia.

El negro colombiano está ubicado principalmente, en esta zona del "Anden" Pacífico de Colombia, zona esclavista de mitas mineras.

Los esclavos importados de Africa por comerciantes portugueses y holandeses, se ocupaban de la actividad minera, mientras que a los indios se les encomendaba la agricultura sedentaria.

Los esclavos eran originaríos del occidente de Africa, donde habitaban cerca de la minas de oro de Sudan Occidental, Benin, Guinea y Costa de Oro, que eran zonas de gran desarrollo metalúrgico. Esta población negra de Africa, no sólo era fuerte, sino con ancestrales conocimientos de oro.

En el Chocó, han sido explotadas las minas de aluvión, preferentemente, por su mayor facilidad que las de las vetas o batolitos. La mina de aluvión es la de los lechos de los ríos formada por los materiales erosionados desde la cabecera de los ríos y arrastrados por las grandes avenidas.

La minería durante las epocas de la Colonia, Independencia y a mediados de la República, era de aluvión, por estar el oro y el platino a flor de los lechos de los ríos y quebradas.

El Chocó es el primer productor de platino en America. En Colombia, ocupa el primer puesto en la producción de oro en estos momentos.

Los pueblos del Chocó se fueron creando como asientos de mineros. Los desplazamientos de los conquistadores y Colonos, obedecian al rumbo que iban tomando las explotaciónes auriferas.

La historia de la minería en el Chocó, es también la historia de la explotación fisica y humana del hombre Chocoano en beneficio de una minoria que inicia un proceso de alienación, del que aun es victima todo el Departamento.

La principal causa de la destrucción de las diversas culturas indígenas y negras llegadas al Chocó y de la marginalidad económica en que se encuentran sus descendientes, han sido los ricos minerales preciosos del Chocó. Las mitas y los servicios siguen hoy bajo un lenguaje que disfraza los antiguos modos de produccion y explotación señorial y de dependencia Colonial.

El sistema de explotación fué el de las concesiones. Las primeras concesiones en la hoya del rio Atrato, mencionan a Susana Caicedo, Maria Clemencia Caicedo, Lorenzo de la Carrera, Antonio Garcia Renteria, Bruno Rodriguez y Miguel Velasquez.

ALZAMIENTOS DE ESCLAVOS Y FORMACION DE PALENQUES

Para 1688 se da la primera rebelión de los esclavos negros de las minas de Negua, a causa de los tributos, el hambre y los castigos tan severos. Esta rebelión se llevó a cabo en las minas del gobernador Juan Buesso de Valdés, del licenciado Miguel Benitez de la Serna y de Fabián Ramirez.

La segunda sublevación se da en Tadó en 1729 en las minas de Monte Carmelo y luego se extendió a otras minas aledañas.

La tercera sublevación del denominado Cantón del San Juan, se da durante la nueva República en el año de 1825, que cobijo a casi todo el San Juan, ya que se llevó a cabo en Novita, las parroquias de San Agustín, Noanama, Baudó, Tadó; con las viceparroquias de Juntas, Cajón, Caxón, Sociego, Aguaclara, Santa Bárbara de Iró, San Pablo, Viroviro, Raspadura, Santa Ana, Monte Carmelo, Opogodó, Yalí, San Lorenzo, El Tigre, Palestina, Sipí Cleorombirá y Cuellar.

Como consecuencia de estos levantamientos, se presenta en Colombia y en el Chocó en particular, la construcción de palenques y el cimarronismo.

Los Palenques fuéron los primeros territoríos libres en America, construidos por los negros esclavos que huían de sus amos al monte, donde construían sus habitaciones dentro de fortalezas para defenderse en caso de ser atacados por los ejercitos blancos.

Él Cimarronismo, fué el acto de rebelión, fué la actitud de los esclavos frente a la opresión inhumana de la esclavitud en sus inicios; fué el rescate de los valores del pueblo africano y fué la afirmación de estos hombres en su libertad.

Cimarron era el negro que huía a formar los palenques a la selva, nombre dado por los españoles para diferenciarlo del que seguía siendo esclavo. Los principales palenques formados en el Chocó fuéron los de Murrí, Tadó, Raspadura y en el rio Baudó.

Ha sido grande el aporte del Chocó a la historia de Colombia. En la independencia de España, eel control del Atrato y el San Juan fué pieza clave: El sitio, la residencia y la victoria con el fuerte de Murrí, la proclama de independencia de Nóvita, el fusilamiento de Francisco García Falcón, iguel Buch, Tomás Pérez, la prisión de Domingo Martínez y Aníbal Rueda, hablan por sí solos. De las entrañas del Chocó han salido tres presidentes de Colombia: Carlos Holguín, Jorge Holguín y Manuel María Mallarino.

A partir de la constitución de 1821, el Chocó formó parte del departamento del Cauca. En 1831, después de la separación de Venezuela y Ecuador, fué una de las 15 provincias que creó la Ley 21 de ese año. En 1858, quedó incluido en el Estado Soberano del Cauca. En 1908, fué uno de los 34 departamentos de Colombia y en 1909 se convirtió en intendencia, mediante la Ley 65. Gracias a la labor parlamentearia del gran conductor liberal Diego Luís Córdoba , Senador de la República, fué eregido el Chocó, Departamento de Colombia, mediante la Ley 13 del 3 de Noviembre de 1947.

Tomado de: www.angelfire.com

CONOCIENDO NUESTRO PAÌS...

El departamento de Guainía, y en especial las comunidades indígenas, cuentan con danzas ceremoniales tradicionales de gran importancia que afianzan y fortalecen la identidad cultural de los pueblos indígenas de la región.

La Danza del “Yapurutú”

El “Yapurutú” es la memoria del Dabucurí, un relato musical y oral sobre plantas, animales y gentes que establece el ciclo anual biológico de una historia citada en el momento de tránsito al origen del tiempo humano.

Las piezas melódicas se transcriben al lenguaje verbal mediante la interpretación de los sonidos y su significación, que además de representar situaciones contingentes, constituyen el relato. Si los elementos y piezas melódicas que componen el “Yapurutú”, las tomamos como partículas, como hechos aislados, la narración perderá su coherencia.

La comunidad fabrica sus instrumentos preparándose para la fiesta; todos los miembros de la comunidad deben hacerlo, por eso es que todos aprenden, tanto a construir sus instrumentos como a entonar los cantos de las kamaratas y a la danza. Ellos viven bailando en sus rituales; hacen bebidas fermentadas y danzan el “Dabucurí”.

Características generales del baile

En esta danza solamente participan los adultos; las mujeres buscan su parejo en la ofrenda del “Dabucurí”. En esta danza puede participar toda la población adulta. El “Yapurutú” se danza y se canta en la maloca, o en un espacio abierto de una comunidad. Se realiza en épocas de abundancia de comida y cuando se decide compartir con otras comunidades.

Se trata de una danza o actividad colectiva por parejas. El grupo realiza movimientos de la anaconda, alrededor de los frutos y de la comida que se lleva al Dabucurí. El ritmo se lleva sobre los sonajeros previamente instalados en la parte inferior de la pierna derecha, a la altura del tobillo.

Trajes

El vestuario tradicional con los que la comunidad realiza sus rituales dancísticos consiste en trajes elaborados en fibra de corteza de árbol. Los trajes son complementados con simbología ancestral, que se plasma en pinturas vegetales naturales que se extraen de arbustos silvestres, como también se adornan con semillas silvestres y coronas emplumadas para el caso de los hombres. Las mujeres y los hombres acostumbran a pintarse el rostro y el cuerpo con los tintes naturales, utilizando ciertas figuras que tienen un significado mitológico de alta representación histórica y cultural para su comunidad.

Accesorios
Para la danza del Yapurutú, los danzantes tienen como accesorios collares elaborados con semillas naturales; sonajeros en los tobillos con castañas, con lo que se hace un efecto de percusión donde se lleva el ritmo.

Instrumentos musicales de la danza del Yapurutú

Mawaco
Instrumento melódico: Yapurutú macho
Instrumento acompañante: Yapurutú hembra
Percusión: sonajeros – cascabeles.

Fuente: www.sinic.gov.co

martes, 27 de enero de 2009

TALENTO PARA EL MUNDO

ARC MUSIC (Reino Unido) www.arcmusic.co.uk acaba de lanzar el CD "Música Colombiana Andina-Music from Colombia" de la cantante colombiana Niyireth. Este prestigioso sello discográfico con más de 30 años de experiencia en la publicación de Músicas Folclóricas y Músicas del Mundo cuenta en su catálogo con artistas de 100 países, y distribuye sus producciones en cerca de 70. Niyireth es la primera artista colombiana en ser publicada por ARC MUSIC. Quienes deseen conocer más detalles o adquirir este CD lo pueden hacer a través de:www.arcmusic.co.uk www.myspace.com/arcmusicwww.myspace.com/niyirethmusicacolombiana

martes, 13 de enero de 2009

NUESTRAS ETNIAS

LA ORALIDAD Y LA ESCRITURA ENTRE LOS EMBERA-CHAMÍ: ASPECTOS EDUCATIVOS
Fernando Romero Loaiza. Psicologo.
Profesor Facultad de Educación
Universidad Tecnologica de Pereira

El presente trabajo es un a adpatación de la investigación "Oralidad y escritura entre los Embera-Chamí de Risaralda", realizada por Fernando Romero Loaiza (Psicólogo y educador), Olga Lucia Bedoya (antropologa y lingüista), Andrés duque (Doctor en Agroecología), Victor Zuluaga (Sociologo), Andrés Gallego (Estudiante de Etnoeducación), con la asesoria del lingüista Daniel Aguirre del CCELA.

Los Embera constituyen uno de los grupos más importantes que habitan la región del Pacífico colombiano. Tradicionalmente se les ha considerado un grupo dentro de la familia lingüística Karibe, que hacen parte de la familia Chocó, las cuales la comprenden los Waunana y los Embera, “. Según estudio realizados por Daniel Aguirre y Mauricio Pardo, señalan que los Waunana, considerados anteriormente como parte de los Embera, ahora son señalados como grupo con una lengua diferente. Para estos autores, el Embera es un idioma independiente, con algunas influencias de los Chibchas, Karibes y Arawak, en el ámbito interno los Embera tienen particularidades dialécticas, diferencias que radican en ciertos sonidos, vocabularios, y construcciones gramaticales, pero entendiéndose unos y otros.”[1]
El grupo Embera se ha ubicado en una gran extensión de territorio, que parte desde el sur occidente de Centro América y nor occidente de Sur América. En Colombia se encuentra desde la provincia del Darien en Panamá, pasando por los departamentos de Antioquía, Córdoba, Caldas, Chocó, Risaralda, Valle, Cauca y Nariño, hasta el Ecuador; radicados en los ríos como el Naya, Yurumangié, San Juan, Atrato y el Sijai.
La comunidad embera-chami del resguardo de Purembará, en Risaralda Colombia, ha venido trabajando un proceso continuo de construcción por etapas: Proponen un sistema de escritura en embera; la implementación del sistema matemático decimal en lengua materna elaborado con los profesores indígenas del resguardo de Purembará, búsqueda de metodológicas para la enseñanza del embera y el español como segunda lengua. Estos trabajos de implementación de un sistema de escritura se a venido practicando con los profesores indígenas. La escritura se ha puesto ha prueba con la escritura de relatos, cuentos, mitos y descripciones en forma de textos. Los siguientes aspectos cosntituyen entonces referentes pedagogicos de lso interfases entre el discurso oral y el escrito.
La oralidad y la escritura en la producción de textos.
Según Alvaro Díaz (1989), el texto es concebido como un conjunto coherente y cohesivo de actos comunicativos, codificados por medio de oraciones relacionadas temáticamente. El texto no puede ser reconocible por su tamaño sino por su realización y no es simplemente una cadena de oraciones o enunciados bien formados gramatical y semánticamente, sino una muestra de la lengua que posee textura. Esta última es una condición del texto que permite interpretar las oraciones como un conjunto, estrechamente relacionadas entre sí, y no como una simple secuencia de oraciones independientes.
Para María Helena Rodriguez (1988) los textos, en una perspectiva sociofuncional, son selecciones, recortes, opciones del potencial de significado contenido en el lenguaje. Son encuentros semióticos a través de los cuales se intercambian los significados que constituyen el sistema socia. Todo texto se define como la realización de un potencial de significado, como potencial actualizado. Es lo que se quiere decir seleccionando entre una serie de alternativas que constituyen lo que se puede decir. El recorte guarda estrecha relación con las intenciones del emisor, quien deja en los textos marcas de su intención para que sean inferidas por el lector. Esos marcadores de intención se distribuyen en el nivel superficial o lingüístico, en el nivel preposicional o de las ideas o en el nivel ilocucionario.
En este orden de ideas, la producción del texto exige una diferenciación entre el discurso oral y el escrito por parte de un escritor. El discurso oral tiene lugar en un contexto de situación, es decir, en un conjunto de condiciones de carácter social emocional y cultural que determinan el acto lingüístico. Por eso cuando se habla no es necesario ser demasiado explícito pues gran parte de la significación esta fuera del texto. Dentro del marco de la situación muchas referencias se presentan claras y, por otra parte, el discurso oral, dada la presencia del interlocutor, tiene la oportunidad de obtener respuestas que permiten al hablante modificar el código que esta utilizando.
En los discursos orales, el hablante no sólo produce significación mediante las palabras que escoge, sino también mediante pausas, cambio de ritmo, de tonos, de velocidad, de gestos de movimientos. El interlocutor infiere los significados no solamente de las palabras que oye sino de los ademanes que las acompañan. El discurso escrito, por el contrario, carece de un contexto situacional, por lo que hay que crearlo lingüísticamente, por eso, es más difícil comunicarse por escrito. La persona a la que va dirigido este tipo de discurso no está presente, por tanto no se beneficia de la gran ayuda que prestan la entonación, las pausas, los gestos.
En tal sentido, el objetivo de la adquisición de la escritura es la capacidad de producir mensajes que cumplan su función comunicativa, respondiendo a las expectativas del emisor y receptor en contenido y en forma, es decir, el dominio del lenguaje escrito. Llegamos a dominar el lenguaje cuando el mensaje que producimos cumple con nuestras propias expectativas y no sólo con las del receptor. El sujeto puede tener suposiciones acerca del lenguaje escrito aún antes de dominar las convenciones de la modalidad escrita. Conocer el lenguaje escrito implica necesariamente la diferenciación textual, es decir, la capacidad de producir textos lingüísticamente diferenciados para circunstancias enunciativas contrapuestas, en otras palabras, saber producir mensajes lingüísticamente diferenciados para una carta, una descripción, una narración. Narrar y describir pueden definirse como circunstancias enunciativas contrapuestas en relación con modelos y usos sociales de la escritura. (Liliana Tolchinsky, l990).
Sin embargo, la escritura está impregnada de elementos pertenecinetes a la oralidad. A este respecto Cassany (l994) establece en el ámbito textual, las siguientes diferencias entre el código oral y el código escrito: El código oral tiene una tendencia a marcar la procedencia dialectal; está asociado a temas generales; utiliza sobre todo pausas y entonaciones; a códigos no verbales; a alta frecuencia de referencia; uso de relativos simples (que); participios analógicos (elegido, imprimido); e elipsis frecuentes; el léxico marcado., hay un uso frecuente de onomatopeyas.; se emplean estructuras sintácticas simples: oraciones simples y breves, de carácter coordinado y yuxtapuesto.
Por su parte, el código escrito tiene tendencia a neutralizar las señales de procedencia del emisor, está asociado a temas específicos; se seleciciona con mayor precisión la información; es menos redundante; hay un empleo de signos de puntuación, pronominalizaciones, sinónimos , enlaces, tiene una alta frecuencia de referencias endofóricas (él, aquel, mío, algunos) ; uso de relativos compuestos (el cual); participios latinos (electo, impreso); uso frecuente de estructuras más complejas y desarrolladas; oraciones más largas, más subordinadas, relativas con todo tipo de conjunciones; hay una tendencia estilística a la eliminación de repeticiones.
El autor identifica diversas situaciones comunicativas, en las cuales se presenta un conjunto de variaciones y simbiosis entre lo oral y lo escrito. Según el tipo de lector el escrito es más coloquial o más formal. Según el tipo de texto, el escrito tiene una u otra estructura, contiene un determinado tipo de información y utiliza un tipo de recursos específicos; según sea más general o especializado el tema sobre el que se escribe.
Según Ong (1994), Romero (1996), el uso reiterado de la conjunción “Y” es una característica de las escrituras orales, es decir, aquellas en las cuales hay una fuerte tendencia a usos sintácticos y semánticos del código oral, con una fuerte presencia de adjetivos, descripciones. A diferencia de una escritura argumentativa o escritura analítica que se caracteriza por los aspectos formales del código escrito, predominio de las conjunciones subordinativas y de categorías conceptuales. (Vygotsky, l993; Romero, l996).
En este orden de ideas tenemos que cuando se realizan textos escritos en español, los maestros emberas utilizan como enlaces la conjunción “Y”, el “entonces”, “luego”, lo cual le da a las oraciones un carácter aditivo o secuentativo.
Ejemplo
“...les hizo levantar a todo el avispa y los aviapa lo picaron entre emanada picaron a tio conejo y de ahí se pue de huya. Y después se pue para la casa... al desir el tio conejo ya se comenzaron a andar en el monte y tenian un camino del tio conejo y del zorro y del ya estaban serca de la casa entonces el tio conejo dijo ya pueden entrar...”
Maestro indígena. Talleres de etnolingüística.
Licenciatura Indígena
En el siguiente mito elaborado en español y en embera, por un profesor indígena (1998), se pueden observar diversos elementos ortográficos, gramaticales y sintácticos propios de la oralidad, así como de una deficiente competencia lingüística en escritura tanto para el Embera como para el español.
En primer lugar para el español, tenemos las confusiones entre grafías y fonemas, c por s en la palabra ciembra, estos dos fonemas se están realizando como uno, es decir ,se pronuncian cómo si fuera lo mismo; la grafía g por c en la palabra arrango, la palabra peliar se escribe tal y como se pronuncia. La grafía b por v. en las palabras vino, vamos; al igual que el caso de la s por la c, la confusión es de grafía no de fonema, pues se produce entre fonemas que difieren por el modo de articulación o el punto. Similar a cuando se cambia y por ll en degoyaron. Estas modificaciones se presentan, por que el maestro o el niño al escribir están pronunciando en voz alta o pasito para guiarse por el oído. Es decir, hay un énfasis fuerte en producir una escritura fonemática. (ver capítulo II)
En segundo lugar, la puntuación: en el texto se hace un empleo amplio de las comas pero reducido de los seguido: se encuentran siete comas, un punto y coma, y dos puntos seguidos. No obstante, el texto tiene un cierto grado de coherencia y comprensibilidad en cuanto se emplea un procedimiento propio de la oralidad, organizar las oraciones según la sucesión de los acontecimientos. Este recurso endofórico permite que la frase siguiente se relacione con la anterior, ya que su significado depende de la anterior, se remite a ella. La conjunción continuativa "cuando", el adjetivo adverbializado "mismo", el adverbio de lugar "allí", el verbo "siguiendo" y la conjunción "y", tienen la función de organizar el texto de manera secuencial, adquiriendo el proceso de elaboración del texto un carácter aditivo, es decir , éste se elabora como una serie de secuencias que se adicionan.
Por otra parte, en el texto embera, en sentido estricto, no es necesaria la puntuación. La separación de las frases se establece a partir del uso de la cópula bu de existencia (ser o estar). Este recurso en el embera le da coherencia al texto; en cambio, al escribir el maestro indígena en español, el estilo es atropellado o confuso. Es de señalar que el maestro indígena aun no ha apropiado correctamente la escritura embera, por ejemplo, no existe la grafía v .
MITOS Y CREENCIAS
"Un compañero indígena tenía una ciembra de maiz; cuando le cuidaba en las oras de la tarde se le gritaba una mujana en una parte oscura con una voz de atrapante, al mismo tiempo un oso le contesto a la mujana, él compañero de miedo se encaramo a un árbol, de alli le vehia peliar el oso con la mujana, el oso le golpeaba muy fuerte a la mujana con un palo y le hacia gritar fuertemente. Siguiendo la lucha durante toda la noche a la madrugada el diablo le corto el cuello al oso. Y el oso le arrango el cuello al diablo, alli ambos murieron, en la madrugada bajo del árbol el compañero indígena y vio a todos dos muertos. bino a su casa a comunicar que el diablo en una pelea con el oso y el diablo se habian muerto todos dos. Bamos compañeros para que lo pelemos al oso y asi lo hicieron, pero al diablo no lo comieron sino que lo degoyarón y les botaron los cuerpos degoyados por todos los lados del monte".
En Embera
"bes aba baside eberaba be arig bubos apenabari, madu arimaraba aria kopenekare ochiade uabasabu ari bede badakare docheke joada aribada brakobos abu, ara mav duuchia Vi grakobos abenabari madu chia unusida apenabarimi. mabe arava juadé chiosidabi, barí madu urba bakuruba urudauchia braadadades abu, esbude ebari chiusidabi, ebarima abodo burude aribadaba vi osoor totas abu, aramaudauchia vibida aribada osorr tuetasabu, apenabarimi, anamama va ara omea brusida abu: maabe chi ebera bakurude utu bodabada eda nekaribupeda chi vabinama jarade nebos apenabarimi, mabe chi vabenabare uasidabi vi e oetade kodayua, chi e óctadapeda vira kosida abu, maude aribadana totokodopeda batadasida apenabarimi." (profesor Indígena, 1998)[2]
En el anterior texto se puede determinar que los verbos cumplen otras funciones textuales. Por ejemplo, el verbo de existencia Bu: ser o estar, cumple una función de corte entre las diversas oraciones al ser empleado al final del enunciado seguido de la palabra maude: (entonces, luego, después). Esta partícula, cumple funciones de cohesión lineal, entendida según Dick (1997) como, "La propiedad semántica global de textos tocada en cada uno de esos estudios ha sido frecuen­temente llamada coherencia o cohesión. Así, pues, una secuencia de oraciones se considera coherente si estas oraciones satisfacen ciertas relaciones semánti­cas" [3]. Además el verbo bu seguida del maude le confiere un aspecto de proceso a los enunciados, en algunos casos de repetitivo y en otros de resultativo.
Si embargo, en otros textos como las canciones, es difícil delimitar la puntuación a partir de las pausas hechas en el delineamiento rítmico melódico por sus características particulares cómo ausencia de ritmos mensurables, sucesión múltiple de unidades métricas, improvisación de textos con base a la asociación libre de ideas. (ME Londoño, citada por Aguirre, 1994: 35)
Veamos el mito de "Jaruana". En éste fragmento en el cual no hay puntuación, el verbo bu cumple la función de punto seguido. Para una mayor comprensión se separan las oraciones.
eskareda baside jaruana ebera jaibana mukira michia bo abu // maude chi kaua ubea irabos abu // mabe chi iura calimo mukira iubos abu // maude chokor mukira, maude yarre mukira ubea panebos abu//
"Era una vez vivia un jaibana llamado jaurana en el sitio gete un jaibana muy poderoso tenia tres hijas busco tres yerno lo llamo el señor colimo, perdiz y mico de ellos tres dos eran muy trabajadores el otro trabajabamenos era el mico."
En cambio, en la traducción al español que hace el maestro indígena, se puede observar que no cuenta con ningún recurso tipográfico y gramatical para separar las frases, debe desarrollar una nueva competencia lingüística frente al código que está empleando. Los resultados que hemos obtenido coinciden teóricamente en parte con las tesis de Krashen (1984,1992). El autor postula que en el aprendizaje de una segunda lengua tanto en la escritura como en la lectura, la narración de aspectos de su cultura desarrolla una competencia lingüística para la escritura, por otra parte la lectura en una lengua desarrolla habilidades y permite un conocimiento del lexico de la segunda lengua, es decir del desarrollo de la "capacidad metalingüísitca"[4]. Sin embargo, el maestro indígena no tiene textos en español para leer y no posee un habito de lectura que garantice un adecuado aprendizaje de los códigos del español: tiene como procesos básicos para el desarollo de competencias escriturales, la narración y la traducción.
Cómo se observa en el siguiente texto, traducción del anterior, el maestro no realiza una trasferencia de las competencias lingüísticas[5], que ha obtenido con su lengua, confunde palabras, fonemas y grafías, y la sintaxis no es adecuada, por ello el educador debe desarrollar ésta capacidad. Sin embargo, los diversos escritos ambientales recogidos más recientemente entre los años 1998, 1999, sugieren una trasferencia de competencias textuales de una lengua a otra, entendida ésta como la capacidad de actuar con diversos textos en los cuales se producen enunciados, según reglas estructurales del lenguaje, y pertinencia a un tipo particular de texto[6], ya sea guiándose por la sintaxis del embera cuando traduce, o por las reelaboraciones que realiza cuando trabaja en grupo.
Reelaboración y producción del texto escrito.
El escritor inexperto, el escritor indígena, puesto en la situación de producir un texto debe resolver una serie de problemas: ¿qué marcas debe poner sobre el papel?, ¿cómo organizar esas marcas en el espacio de la hoja?, ¿qué contenidos poner, qué eventos relatar o que cualidades describir?, ¿cómo organizar ese contenido dándole una estructura temporal y causal?, ¿cómo expresarlo lingüísticamente para que éste tenga comprensibilidad para un lector?. Estos problemas reflejan diversos aspectos de la escritura y del lenguaje escrito sobre los cuales los productores de textos actúan y reflexionan.
El producto textual tiene una historia, una génesis. El primer borrador es habitualmente el punto de partida del proceso de producción textual; resolver la comprensibilidad del mensaje es uno de los problemas que hay que enfrentar en el proceso de producción. Al crear un texto los autores no solamente buscan su inteligibilidad sino que el texto responda a su expectativa de buena forma. Como señala Murray (1997), las ideas no “surgen de una vez”, son fruto de un proceso de lecturas y relecturas, reescrituras sucesivas en torno de una idea, un concepto, una pregunta; es pensar a medida que se escribe o piesan a través de la escritura. Expone a este respecto que cuando nosotros revisamos lo que hacemos estamos revisando lo que pensamos, nuestros sentimientos, nuestra memoria, lo que nosotros somos. En la revisión las palabras cambian para producir algo nuevo y reconfigurar nuestro pensamiento.
Cuando se trabaja con textos descriptivos, el profesor embera hace una descripción del medio que lo rodea, donde se encuentra. El empleo de dibujos, facilita la construcción del texto pues permite hablar de manera especifica del elemento, el animal, o la planta. El profesor Embera necesita un predicado y una modalidad, las cuales están dados por el contexto para explicar, ya sea en una sucesión de eventos o relaciones de seres, propiedades, estados, procesos o acciones.
El maestro embera suprime información que se da por supuesta en el contexto que esta describiendo. Por ello las sucesivas variaciones son parte indispensable del proceso de génesis constante de lo producido. Estas modificaciones se realizan tomando en cuenta la comprensibilidad del texto, es decir, que éste sea adecuado para un posible lector. Cuando se trabaja con traducciones, en primer lugar, el maestro indígena sigue la sintaxis de su lengua; en segundo, reelabora el texto en función de la comprensibilidad y la explicitación, es decir, aquello que es supuesto en el habla. Un texto embera es comprensible según el contexto; en cambio en español, el escritor indígena debe aclarar los significados.
La formalización de la escritura exige tanto un esfuerzo de adecuación del discurso como una mayor precisión de las palabras, así como de la organización sintáctica. Por ejemplo: traducen frijolito, pero literalmente seria que es fruta chiquita. Luego de una reelaboración colectiva se escribe = “fríjol con fruta pequeña”.
Cuando se hace una traducción con educadores y miembros de la comunidad, no sólo se hace necesaria una competencia en un determinado código como es la escritura, sino una competencia cultural fuerte. Aguirre (1994:34) señala al respecto, que se puede lograr traducciones valiosas cuando se realiza con mujeres que aunque tengan poco manejo del español, si tienen una gran competencia en la lengua nativa y en la cultura.
En las actividades escriturales en las cuales los maestros deben realizar traducciones, podemos observar con detalle el proceso que él lleva a cabo. El maestro indígena embera, no sólo hace una traducción literal de un texto en embera, como se ha señalado anteriormente, al enfrentarse con el texto en español, no sólo debe guiarse por el significado de las palabras, debe usar un código tipográfico y ortográfico, además de conocer la sintaxis del español. Como se puede observar en los anteriores ejemplos de puntuación, el escriba puede guiarse por las marcas semánticas del embera o desligarse de ellas, emplear verbos, conjunciones para darle coherencia y cohesión al texto de acuerdo al tipo de discurso que está elaborando.

En la practica escolar con niños embera, se ha hecho énfasis en las relaciones exofóricas, o en actividades tradicionales de apretamiento. Sin embargo, en la construcción del texto escrito se trata de valorizar adecuadamente la magnitud de las relaciones endofóricas. Muchas veces las dificultades en la comprensión de un texto no provienen, tanto del establecimiento del significado de las palabras, sino de las deficientes relaciones que se establecen entre dichas palabras, frases y párrafos, de las competencias textuales desarrolladas en una y otra lengua. A este respecto hemos señalado la importancia de los ejercicios de traducción, para el desarrollo de competencias escriturales en las dos lenguas.
[1] Zuluaga Gomes Victos, Pueblos Indigenas de Colombia, pag: 51
[2] Materiales de la licenciatura indígena UTP.
[3] " van Dijk . En, estructuras y funciones del discurso. Pág 25. La cohesión en los textos escritos Embera-Chamí. Informe del proyecto la Oralidad y la escritura entre los embera-Chamí de Risaralda.
[4] Capacidad metalingüísitca: reconocimento de sonidos, reglas gramaticales y significados de una lengua. Lopez, 1991:29.
[5] El Ministerio de Educación en los lineamientos curriculares de la lengua castellana, define la competencia como "las capacidades con que un individuo cuenta para ....". Pág 34.
[6] Ibidem, pág. 34

EN ESTE NUEVO AÑO...

FELICIDADES EN ESTE NUEVO AÑO Y QUE TODOS LOS BUENOS PROPÓSITOS AYUDEN A CONSTRUIR UNA MEJOR SOCIEDAD PARA TI Y LOS TUYOS.

sábado, 23 de agosto de 2008

LA SIERRA NEVADA... CORAZÓN DEL MUNDO

Tomado de: Organización Indigena Gonawindua Tayrona


La Sierra Nevada es como una casa ceremonial - (la Kankurwa,Nujué,Inguma) - donde los Mamos reconocen cada espacio e interpretán cada elemento que la constituye. Por eso cada acto, cada idea, cada momento implican una gran responsabilidad, olvidar todo o parte de este principio vacía la esencia de ser Arhuaco(Wintukwa), Kogi(kagaba) o Wiwa(Arzario). La Sierra Nevada es el lugar que concentra toda la responsabilidad con el resto del universo, es el lugar desde donde se vigila y custodia lo sagrado y lo vital para el planeta, es la base y unión con lo espiritual. Es el cordón umbilical que une el origen y el presente, lo espiritual y lo material, es la unión con la Madre. El haber heredado el hábitat de este territorio y el conocimiento de su significado, nos otorga el carácter de Hermanos Mayores.


La Sierra Nevada constituye un sistema de 29 ríos principales, los cuales se forman por encima de los 3.000 msnm en los numerosos lagos de orígen glaciar, y que luego descienden en las faldas de sus tres vertientes, muchos de ellos culminando su recorrido en el Mar Caribe. La Sierra Nevada es una pirámide, con una extensión superficiaria de 21.158 km2. Es la formación montañosa litoral mas alta del mundo, alcanzando una maxima altura de 5.778 msnm.

Al principio todo estaba el aluna (ánugwe), todo estaba en Sén (Sé), cada elemento en el mundo tiene origen por esta Ley. Nosotros, la gente de la Sierra Nevada - Kogi,Wiwa, Arhuaco - cumplimos una misión, misión que recayó en nosotros para el conocimiento y el cuidado de la Ley, la Ley espiritual que hace posible lo material.

Así, el universo se mantiene en permanente relación con la Ley que dio su origen. Nuestros pensamientos y nuestras acciones tienen que estar en armonía con esta Ley y solo así entendemos que este mundo depende de nosotros. Nuestros Mamas (Mamos), han transmitido de siglo en siglo este saber, nos han enseñado a meditar y a reflexionar sobre lo que es bueno o es malo para el mundo. Los diferentes momentos que marcan nuestra vida como el nacimiento, la iniciación, el matrimonio y la muerte están estrictamente relacionados con la misión vital de mantener el equilibrio del universo.

El mundo tuvo su origen material cuando Serankwa (Seyankwa) cruzó dos hilos de algodón. Los cuatro puntos de los hilos significan tanto el equilibrio de los cuatro puntos cardinales como los cuatro pueblos guardianes de la Sierra Nevada y del mundo. (De los pueblos tradicionales de la Sierra Nevada, históricamente habían cuatro, el cuarto siendo los Kamkuanos. Pero, tristemente, trás el impacto de la imposición religiosa y cultural por las iglesias Católicas e evangélicas sufrida durante el siglo pasado los Kankuamos han perdido gran parte de su identidad cultural, su lengua y su conocimiento de la Ley de Origen. Hoy en día, los Kankuamos luchan para recuperar lo perdido).

En el centro de la cruz formada por los cuatro hilos de algodón, se originó el cerro Gonavindua donde se estableció la piedra, y que sirve como el huso, o eje, que le da la consistencia al planeta. Es por esta razón que consideramos la Sierra Nevada como el corazón del mundo. Cuando vemos la destrucción ecológica que se ha dado en la Sierra Nevada, la tala de bosque primario, la sedimentación de los ríos, y, sobre todo, la desaparición de la nieve en los picos nevados, nos preocupamos mucho no solo por la Sierra Nevada y por nuestra sobrevivencia, sino por la del planeta entero. Cuando nuestros Mamos no tienen acceso a los sitios sagrados para hacer los pagamentos que la Ley de Origen indica, el mundo mismo entra en desequilibrio.


jueves, 22 de mayo de 2008

RESISTENCIA Y PATRIMONIO... EL BASILIO DE SAN PALENQUE

Compartimos con ustedes, lo que el Ministerio de Cultura difunde sobre el PAlenque de San Basilio, como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Nuestra propia crónica, nacerá después de la visita a este sitio, en los últimos días del mes de mayo. A los que viajan les deseamos que se gocen esta experiencia.
Palenque es el más importante símbolo viviente de las luchas cimarronas por la emancipación de los esclavizados así como del más significativo proceso de paz adelantado en suelo Americano en el cual La Corona española reconoció su autonomía como pueblo de afrodescendientes. De ahí que, haciendo eco de una importante publicación (Arrázola, Roberto. Palenque: Primer pueblo libre de América. Historia de las sublevaciones de los esclavos de Cartagena. Cartagena: Ediciones Hernández. 1970.) se conozca a Palenque de San Basilio como el primer pueblo libre de América.
El hecho de que Palenque de San Basilio encarna y representa los esfuerzos de los primeros cimarrones en su lucha contra la esclavitud desde el siglo XVI constituye un valor excepcional en el patrimonio inmaterial de la humanidad reforzado por la declaratoria de la UNESCO del presente año del 2004 como el Año Internacional para conmemorar la lucha en contra de la esclavitud y su abolición,La gesta de los palenqueros y palenqueras es prueba singular de la capacidad del ser humano por superar el yugo de la esclavización. Benkos Bioho encarnga esta gesta por la libertad y por la dignidad del ser humano. Esto perfila a Palenque de San Basilio como un espacio cultural que amerita ser reconocido por su contribución a la emancipación y dignidad de todos los que han sufrido en carne propia la infamia de su esclavización.
Como lo han demostrado innumerables estudios lingüísticos, la lengua palenquera es la única lengua criolla de base léxica española que ha sobrevivido en América, lo cual le ha conferido el estatus especial de reliquia lingüística en el mundo en general. En el mundo sólo existe otra lengua criolla de estrato hispánico en las Filipinas. Además, el palenquero es la única lengua creole con una marcada influencia bantú hablada hoy por los descendientes de la diáspora africana en Colombia. Ningún otro pueblo afrocolombiano ha conservado hasta la actualidad una lengua de esta naturaleza, lo que la hace una expresión inusitada de la diversidad cultural en el país. Esto lo hace un hecho lingüístico excepcional dentro del reconocimiento de la multiculturalidad de la nación colombiana.Ahora bien, la lengua palenquera es el medio privilegiado del desarrollo de la tradición oral que no sólo refiere a un rico repertorio de cuentos, relatos y mitos, sino que también se amalgama estrechamente con la particular categorización del mundo y la espiritualidad de los palenqueros. La lengua es expresión de la cultura palenquera y esta cultura se encuentra inscrita en la lengua como los dos lados de una misma moneda. Igualmente, la cohesión social y la identidad de los palenqueros han encontrado en su lengua el más importante mecanismo ya que a través de su conservación y uso se han definido como palenqueros.
Difícilmente puede encontrarse otro espacio cultural de la diáspora africana en Colombia donde las expresiones musicales tengan Las expresiones musicales no sólo son de gran valor identitario y musical para la comunidad palenquera, sino que encuentran en Palenque el único lugar donde se las práctica (son palenquero, el bullerenge sentado, entre otras). Así como es el único sitio en el Caribe continental donde se toca con la marimbula y en el mundo donde se la toca con los dedos como se hacia antes en Cuba.
Toda la riqueza del patrimonio intangible de Palenque de San Basilio viene siendo amenazada por factores externos como la discriminación, el conflicto armado, la migración forzada, así como por factores internos como la escasa consolidación de los mecanismos de transmisión de algunas prácticas culturales tradicionales, el débil sentido de pertenencia en algunos sectores con capital escolar de la comunidad palenquera y la desaparición de portadores de las tradiciones. Dentro de las fuentes que ponen en riesgo a Palenque como espacio cultural de patrimonio intangible de la humanidad, se pueden resaltar las siguientes: El conflicot armado que afecta la región en general, siguen siendo objeto de discriminación acial, social y lingüística, la penetración de prácticas culturales homogeneizantes, El debilitamiento de los mecanismos de autoridad, prestigio y sanción social basados en la normatividad local, El agotamiento paulatino de los modelos locales de producción.

Finalmente, se presenta el riesgo de que los abuelos y abuelas como los mayores conocedores de las prácticas y tradición cultural mueran sin pasar su legado a las nuevas generaciones. Aunque muchos jóvenes se encuentran aprendiendo manifestaciones culturales como la música, pocos son los que realmente están siendo entrenados para asumir el lugar de las rezadoras y cantadoras del lumbalú o como médicos tradicionales. La brecha generacional, que hoy es sin duda mayor que en cualquier época anterior, explica en parte el por qué se ha hecho más difícil esta transmisión de ciertos aspectos del legado cultural en manos de los abuelos y abuelas hacia las nuevas generaciones.