Conversando con la abuela
-"Todo depende del lugar que el hombre ocupa en la tierra-. Decía mi abuela, mientras retiraba la olla de café del fogón y la colocaba encima del tacan. -Las discordias y los aciertos de los hombres se explican si recordamos cuál es la posición que tienen cerca de la tierra. Así vemos que los indígenas se someten a la tierra; viven enterrados en ella. ¡Son tierra!-. Al decir la última, el brillo de sus ojos aumento. Continúo diciendo. -Los indios de madura infancia viven al lado de la tierra, duermen en paz sobre su pecho. Por eso me gusta dormir en el suelo, eso nos permite conocer las voces de la tierra, ella siente el valor de nuestras lagrimas y nosotros nos apropiamos de su olor, aquel que enriquece los caminos y perfuma el viento-. Hizo una pausa para mirar si ya la borra del café se había asentado, luego le derramó un poco de agua fría y mientras esperaba, siguió diciendo: -Los blancos, en la madurez de sus años, han olvidado lo que es la tierra. Pasan sobre ella aplastando el dolor de su entraña y la gracia de sus rosas, fácilmente se olvidan del lugar donde nacieron, para ellos sus muertos "se van al cielo, a las estrellas". En cambio nuestros muertos nunca se olvidan del lugar donde nacieron, nunca se alejan de la tierra, pues es la Madre de todos nosotros y ella nos recibe en su seno-.
Esto me hace recordar muchos problemas y falta de compromiso por parte del Estado y además, me hace recordar una conversación que tuvo el viejo Baldo con un estudiante de economía que llego por el pueblo. Por Atanquez. El estudiante, se esmeraba en hacerle entender al viejo, que toda alza en los índices económicos del país, se reflejaba en la calidad de vida de los ciudadanos. Cuando, el viejo Baldo se cansó de escuchar los argumentos del estudiante. Le puso la mano en el hombro y con toda amabilidad le dijo: -"sabe???... que joven… Pienso…-. Se quedó un rato mirando el horizonte y luego concluyo. –Lo mismo debe pensar una célula cancerígena, cuando empieza a invadir nuestro cuerpo-. Dicho lo anterior, llamó al "negro", que era el perrito que siempre lo acompañaba y se fue, dejando al estudiante y a mi, pensando. ¿Que habrá querido decir el viejo Baldo???
"Quien no ama la tierra donde nació, donde se crió, es un perverso y un degenerado…y es capaz de vender a su madre" decía siempre el viejo Baldo.
Fuente: Oficina Comunicaciones Organización Nacional Indígena de Colombia
1 comentario:
la propuesta que se me presento en un sueño, talvez me tento una noche... y una suplica al cosmos me responde en este texto. qué oportuno!
Lina Arcos
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